sábado, 5 de febrero de 2022

Backstage: Get In 1991-2021

Muy buenas,

Ayer estuve un rato:

https://www.tabakalera.eus/es/backstage-get-1991-2021

Inicio - Agenda - Música y artes vivas - Backstage: Get In 1991–2021
ExposicionesBackstage: Get In 1991–2021

Información general
La exposición Backstage: Get In 1991–2021 se articula como un doble recorrido paralelo: la rememoración de tres décadas de actividad múltiple
y la experiencia de un concierto con todos sus elementos. Tres décadas de comunicación social a través de la música, y con vocación de futuro en
un ámbito en constante transformación: desde los carteles que se pegaban con cola en las paredes cuando un concierto de rock era un impulso de
guerrilla cultural en un entorno aún reacio, a los banners de las redes sociales que conectan en multipantalla a artistas y público en constante difusión instantánea.

Fechas y horarios
04 FEB 2022 - 06 MAR 2022 | 12:00-14:00 y 16:00-20:00 (Lunes cerrado)
Ubicación
Patioa

https://www.facebook.com/getin.es/posts/5010194085711115


https://www.facebook.com/getin.es/posts/5013632388700618



https://twitter.com/tabakalera/status/1489564686311960576

TABAKALERA
Erakusketa Berria I Nueva Expo

BackstageGetIn
Otsailaren 4tik martxoaren 6ra
Del 4 de Febrero al 6 de Marzo
PATIOA

GetInMusic-en azken 30 urte hauetako historia musikalaren ibilbidea errepasatuko dugu.
Recorreremos los 30 años de música en directo




https://twitter.com/alexdeltorolive/status/1489565398441861124

https://www.ondavasca.com/get-in-celebra-sus-30-anos-de-vida-homenajeando-al-publico/

Mis fotos.















Supongo que volveré con más tiempo (y pasta para llevarme el libro).

Actualización a 28/02/2022: Vaya!

https://www.diariovasco.com/culturas/musica/get-in-exposicion-20220228175950-nt.html 

30 años de Get In. Exposición.
Un poco de sexo, algo de droga, mucho rock and roll
-La exposición en Tabakalera, que entra en su última semana, supera ya los 15.000 visitantes. Iñigo Argomaniz desgrana aquí más anécdotas, del 'divorcio' de La Oreja a las 'sustancias' que pedían los artistas.
MITXEL EZQUIAGA
San Sebastián
Lunes, 28 febrero 2022, 11:04

Se ha convertido en un fenómeno que batirá récords. La exposición que conmemora los 30 años de Get In en Donostia ha superado ya la cifra de 15.000 visitantes. Termina este domingo, día 6. En el marco de la muestra el responsable de la empresa, Iñigo Argomaniz, protagonizó hace días un Aula de El Diario Vasco donde contó historias no demasiado conocidas de estos años de rock. Recuperamos algunas de esas anécdotas, contadas en la relajación de una charla entre amigos y recogidas aquí en cierto desorden. Tómense en ese tono.

1. Nacimiento, divorcio y resurrección de La Oreja. «La Oreja de Van Gogh ganó un concurso de pop-rock en Donostia y Jennifer Ces, ejecutiva de Sony, nos llamó para decirnos que tenía una maqueta con cinco o seis canciones que estaban muy bien. Nos gustaron y quedé con ellos en el bar El Nido. Era 1998 o 1999. Y hasta hoy. Hemos vivido juntos el éxito más bestia que he conocido y también los momentos más difíciles. La separación de Amaia Montero fue muy dura. Muchos no apostaban por la continuidad de La Oreja ni por la entrada de otra vocalista. Los primeros años les llevamos desde Get In a la vez, y no acabé en el psiquiátrico de milagro. Tenían fuertes personalidades. Luego se diversificaron sus caminos y todo acabó bien. Ahora volvemos a trabajar con Amaia. El éxito de La Oreja, en España y en América, es increíble».

2. «Alex, ¿tienes familia en Galicia?» «A través de un primo y de nuestros amigos del Antonio Bar me llegó una casete donde Alex Ubago había grabado unas canciones. Apostamos por él, que aún firmaba como Alex Martínez, su primer apellido. El disco salió en pleno éxito de la primera Operación Triunfo, con Bisbal y compañía, y parecía una temeridad lanzarnos con un solista y sus baladas. Los primeros meses no vendíamos un disco, pero de repente empezaron a comprarse por Galicia. ¿Tienes mucha familia gallega?, le preguntábamos. Nunca se sabe por qué empiezan los fenómenos».

3. Como jefes de estado. «Vemos a La Oreja o Alex tan normales por Donostia, pero a veces han llegado a países americanos casi como jefes de Estado, recibidos con grandes coches a pie de pista, protegidos por la Policía. Ahoras las cosas están mejor, pero hubo años en que Amaia o Leire debían tener seguridad reforzada en sus habitaciones de hotel en algunos países. Para todos ha sido muy positivo quedarse a vivir en Donostia, fuera del meollo. Es una forma de que no se te vaya la pinza, como ha ocurrido a tantos otros artistas».

4. «O pagas o no sigo cantando». «El negocio ahora funciona mejor, pero en los años más duros he visto artistas llegados de lejos que amenazaban con no seguir tocando en los bises si no cobraban, y músicos que pedían drogas para consumir. Es difícil contarlo ahora, pero en aquellos 80 había que conseguírselas. Me resultaría más corto decir qué músicos no consumían que quiénes lo hacían. Era una época 'killer': en los conciertos se rompían los cristales, como ocurría a menudo en el polideportivo de Anoeta, y la gente se intentaba colar. Recuerdo en La Casilla de Bilbao a la Policía Nacional, aún de marrón, lanzando pelotas de goma a la gente. Había 6.000 personas dentro y muchas más fuera».

5. Llorar con Sting, ver pasar a Elton John. «Cuando era más joven todo me lo tomaba más a pecho. Recuerdo el día que Sting, con el Velódromo ya repleto de público dispuesto a escucharle, dijo que tenía mal la garganta y que no podía cantar. Llamamos al doctor San Sebastián, que dijo que si se pinchaba cortisona podría actuar, pero Sting se negó y hubo que suspender. Lloré. Meses depués actuó, aunque con menos espectadores. También recuerdo el concierto de Elton John en Bilbao: le preparamos un camerino especial, con todo mimo, cuadros de Vicente Ameztoy, flores... Entró, pasó de largo y salió a escena, sin verlo siquiera».

6. El estadio, Pink Floyd, Toshack y Springsteen. «El concierto de Pink Floyd en Anoeta en 1994, el primero que celebrábamos en el estadio, fue especial, con 35.000 espectadores. Nunca habíamos tenido un concierto así en Euskadi. Ni siquiera sabíamos bien cómo tratar el césped. Toshack, entonces entrenador de la Real, montó un pollo. También fueron mágicos los conciertos de Springsteen, un músico que se entrega en cada actuación como si fuera la última de su vida. Ya podían aprender artistas más jóvenes que salen a escena sin ilusión. Estuvo en Donostia en 2008, 2012 y 2016. Lástima que en 2020 hubo pandemia y se rompió el ritmo. Sabemos que en 2023 estará en España, y ojalá en San Sebastián, pero cada vez es más difícil: otras ciudades compiten con amplios apoyos institucionales. O nos ponemos las pilas o los grandes conciertos se irán a otros sitios. Son, además, la guinda del pastel: lo importante es fomentar la actividad musical todo el año en salas y clubs pequeños, dar oportunidades a los grupos que empiezan».

7. Leonard Cohen, el más grande. «Me preguntan siempre de qué concierto estoy más orgulloso y es difícil responder. Suelo decir que el de Leonard Cohen en Bilbao, uno de los últimos que dio antes de morir. Cuando has organizado un concierto de alguien que admiras y lo ves se desencadena una emoción muy intensa. También fue satisfactorio traer a Tom Waits al Kursaal. Batimos el récord de precio de entradas, pero se agotaron en una mañana y fue un gran concierto».

9. El apoyo de Duncan Dhu. «Cuando empecé con Get In fue fundamental el apoyo de Duncan Dhu. Yo solo tenía 27 años pero Mikel Erentxun y Diego Vasallo apostaron por mi. Les debo muchísimo. Recuerdo nuestros primeros viajes a América, aquellos paseos en limusina por Manhattan... También Alfonso Pérez, del sello Dro, y Neo Sala como promotor, fueron básicos al inicio».

El principio, un crédito de 5 millones de pesetas
«Entré en la música por culpa de mi hermano, pero siempre supe que no valía para actuar. Desde el principio estuve detrás. No he tocado ni en la tamborrada», dice Iñigo Argomaniz. «En Tiburón Concerts me inicié. Santi Ugarte era un crack. Con él aprendí lo que hay que hacer y lo que no. Hubo un momento en que ya fue imposible trabajar con él y me hice empresario casi sin quererlo. Cuando monté como Get In mi primer concierto, en Bilbao, nos 'contraprogramó' con un concierto enfrente con Nina Simone. Soy de familia humilde, hijo de un taxista: arranqué con un préstamo de 5 millones de pesetas y no podía perder dinero. Otros promotores eran de familia de dinero y podían arruinarse. Yo, no. Si no llega a surgirme la gira de Dire Straits quizás no hubiese aguantado».

Actualización a 07/03/2022: Más:

https://www.diariovasco.com/culturas/musica/exposicion-sobre-30-anos-get-in-20220307201555-nt.html 


No hay comentarios:

Publicar un comentario