domingo, 1 de diciembre de 2019

Historia de la Ciudad de San Sebastián - Donostia

Muy buenas,
Llevo un tiempo con idea de hacer algo y el viernes fuí a ésto:


https://www.bienalmugak.eus/es/conferencias/56-un-futuro-para-nuestro-pasado-el-caso-del-casco-historico-de-san-sebastian 

Fotos que saqué en la exposición:
https://www.bienalmugak.eus/es/noticias/mugak-analiza-tesoros-ocultos-parte-vieja-puerto-san-sebastian-nueva-exposicion 




 


 































Y, casualidad:
https://www.diariovasco.com/culturas/paseo-donostia-amurallada-20191201190424-nt.html
Un paseo por la Donostia amurallada
-El arquitecto José Javier Pi Chevrot reconstruye de forma virtual la ciudad de San Sebastián anterior al incendio de 1813 en su tesis doctoral. «La Donostia de hace más dos siglos también tenía mucho de 'marco incomparable'», sostiene el autor
Borja Olaizola
Lunes, 2 diciembre 2019, 17:24
La informática obra el milagro de hacer realidad lo que hasta poco parecía imposible. El arquitecto donostiarra José Javier Pi Chevrot se ha valido de los últimos avances de la realidad virtual para reconstruir en tres dimensiones la Donostia anterior al incendio de 1813. La colosal investigación que ha llevado a cabo a lo largo de cinco años para realizar su tesis doctoral ha proporcionado una imagen nunca vista del San Sebastián de hace dos siglos. La reconstrucción virtual permite al observador pasear por las calles de aquella urbe encerrada aún entre murallas y apreciar su pujanza y belleza. El trabajo pretende reivindicar una Donostia que a juicio del arquitecto ha sido ignorada e incluso maltratada en contraposición a las alabanzas que recibe la ciudad actual. «El San Sebastián anterior a 1813 tenía también mucho de 'marco incomparable'», resume Pi Chevrot.

La tesis del arquitecto, titulada 'La ciudad de San Sebastián antes de 1813, reivindicación de su presencia', ocupa más de 700 páginas y le ha valido un sobresaliente 'cum laude' en la Universidad Politécnica de Barcelona ante un tribunal en el que estaban, ente otros especialistas, el arquitecto José Ignacio Linazasoro y la historiadora Ana Azpiri. El trabajo resume una exhaustiva labor de investigación en archivos franceses, españoles y británicos que ha sacado a la luz documentos inéditos sobre San Sebastián. Es el caso de algunos planos que estaban depositados en archivos militares galos y que describían con precisión la orografía y la posición de las defensas de la ciudad. «Hay que tener en cuenta -indica el arquitecto- que las tropas francesas ocuparon San Sebastián hasta en cuatro ocasiones, lo que hace que haya abundante documentación sobre la ciudad en sus archivos militares». Algunos de los planos que el autor incluye en la tesis no habían visto la luz hasta ahora.

Mapas superpuestos
Entre la profusión de imágenes que se pueden ver en el trabajo destacan las reproducciones en tres dimensiones de la antigua urbe. «Con la ayuda de Unai Sarasola hemos conseguido reconstituir la ciudad anterior a 1813 en su ubicación exacta generando un modelo de tres dimensiones que es la columna vertebral del proyecto. A partir del topográfico actual se restituye la orografía sin los cambios operados en los siglos XIX y XX, mediante superposiciones de la cartografía antigua, por aproximaciones sucesivas y ayudados por las referencias de algunos edificios singulares que han permanecido». Algunas de las imágenes tridimensionales se pudieron ver por primera vez en una exposición que el propio arquitecto organizó en 2013 con motivo del bicentenario del incendio en la sala que la Kutxa tenía en el Boulevard. Fue una primera aproximación a una realidad que ahora se ha perfeccionado hasta el punto de que es posible internarse en la ciudad virtual. «Al elaborar un modelo tridimensional concreto -apunta Pi Chevrot- todas las perspectivas son posibles tanto a escala general como a escala particular. Se puede deambular en el interior de la ciudad y a ras del terreno como la veían sus habitantes. Se puede incluso declinar la presentación en cuatro dimensiones añadiendo la secuencia del tiempo. También es posible realizar películas y paseos virtuales sobre y en el interior de la ciudad del pasado».
Las imágenes son el eje en torno al que se vertebra un trabajo que viene a ser una suerte de atlas del San Sebastián antiguo. El autor bucea en toda clase de fuentes documentales para referir la historia de la ciudad desde sus orígenes hasta su destrucción a manos de las tropas anglo-portuguesas en 1813. «Es un trabajo que surge de la necesidad de aportar nuevos datos y una nueva visión sobre la historia de la construcción de la ciudad centrándose en la de San Sebastián anterior a su destrucción en 1813, que ha sido poco estudiada y poco analizada por arquitectos y estudiosos en general».

La reivindicación que el arquitecto hace de la urbe amurallada tiene mucho que ver con el desprestigio que sufrió después del incendio de 1813. Informes como el que redactó el arquitecto Pedro Manuel de Ugartemendía en 1815 contribuyeron a que entre los historiadores se impusiese la idea de una ciudad sombría y poco acogedora. «En ese informe prevalece la descripción del estado ruinoso de la ciudad, que en aquellas fechas era evidentemente muy avanzado, y se alude poco a la situación anterior del tejido edificado, que apenas se valora desde el punto de vista arquitectónico». Los intereses que defendía Ugartemendía, que había elaborado su propio proyecto de reconstrucción de Donostia, hicieron que la trama urbana medieval de la ciudad intramuros saliese «muy malparada» en su informe. «Todo son críticas y rechazo de la ciudad anterior», resume el arquitecto en su trabajo.
«Una ciudad libre»
Pi Chevrot se resiste a aceptar esa visión negativa del San Sebastián antiguo y rescata testimonios de viajeros de la época que hablan de una ciudad pujante, hermosa y con una autonomía sorprendente ante los poderes fácticos de la época. «La ciudad -escribe el arquitecto- se fundó para favorecer la salida comercial del reino de Navarra al arco atlántico y aunque poco después pasó a depender del reino de Castilla, siempre se desarrolló con una perspectiva marítima y mercante, a modo de república casi independiente». El atlas de Louis XIV niño, añade Pi Chevrot, menciona la vitalidad mercantil de San Sebastián y dice textualmente que «está gobernada por los burgueses». Un libelo editado en Londres en 1700 la describe como «una ciudad libre, a manera de una república». «A pesar de ser plaza militar y de algún que otro altibajo debido, entre otras cosas, al surgimiento del rival inglés en la pesca y el comercio, con el desastroso colofón de 1813, la ciudad fue siempre rica y pujante», insiste el autor, que habla de la «multiplicación de palacetes y casas burguesas de buena prestancia» en sus calles.
La Donostia que recrea el trabajo cuenta con una población de unas 10.000 personas que se concentra sobre todo entre los muros que protegen la ciudad, en lo que hoy se conoce como la Parte Vieja. «Un informe de 1799 revela que unos 6.000 vecinos residían intramuros mientras que los 4.000 restantes se repartían en pequeños núcleos en San Martín, Santa Catalina, el Antiguo, la falda de Ulía o Pasajes de San Pedro, que entonces formaba parte del municipio». Una prueba más de que el antiguo San Sebastián era una ciudad acogedora es que gozaba de servicio de alcantarillado, algo que solo se generalizó en Europa hasta la segunda mitad del XIX, y disponía también de una red de iluminación muy avanzada para su época. Son evidencias que avalan la reivindicación de Pi Chevrot en el sentido de que el 'marco incomparable' ya existía bastante antes del derribo de los muros de las fortificaciones en 1863.
Actualización a 13/12/2019:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/documentales-culturales/documentales-culturales-donostia-san-sebastian-1813-2013/2102408/ 

Actualización a 24/02/2020: Me acabo de topar con ésto:
http://www.albaola.com/es/site/noticias-es/307/redescubriendo-en-directo-el-barco-hallado-en-1753

Y, buscando info:
http://bertan.gipuzkoakultura.net/es/18/es/12.php 


http://www.sansebastian1813.es/426609290 

Actualización a 25/02/2020: Ayer me pasé pero estaba marea alta. Más:
https://www.diariovasco.com/culturas/busca-pecio-concha-20200224134718-nt.html
En busca de un pecio en La Concha
-Albaola lleva a cabo un sondeo arqueológico en la playa para dar con un barco hundido que aparece en mapas del XVIII. Los trabajos han suscitado gran expectación entre los numerosos viandantes
BORJA OLAIZOLA
Lunes, 24 febrero 2020, 19:35

La playa de La Concha se ha convertido en la bajamar de esta mañana en un inesperado yacimiento arqueológico. La presencia de una pequeña excavadora retirando piedras y escombros junto al muro de costa a la altura del edificio consistorial ha suscitado una gran expectación entre los numerosos viandantes y turistas que han provechado el buen tiempo para dar un paseo. La máquina profundizaba en la arena en busca de los restos de un barco hundido del que hay constancia documental desde el siglo XVIII. «Cuando se realizaron las obras del Muro de Guardamar, entre 1753 y 1754, se localizaron los restos de una embarcación», relata Xabier Alberdi, director del área de Investigación de Albaola. «En la cartografía de la época se dibujó exactamente dónde estaba el pecio y lo que hacemos ahora es tratar de localizarlo aunque no sabemos a ciencia cierta si seguirá ahí».

Los restos del navío forman parte en realidad de la cimentación del llamado Muro de Guardamar, que se levantó a mediados del siglo XVIII para proteger la muralla de San Sebastián del embate de las olas. Desmantelada la muralla en el XIX, el muro fue aprovechado para como límite occidental de la explanada sobre la que se levantan los jardines de Alderdi Eder. «Se puede apreciar perfectamente desde la playa la parte del muro original, que está en la base, y el añadido que se realizó siglos después», apunta Alberdi.

Fue en la base de ese muro, exactamente a la altura del carrusel de Alderdi Eder, donde los mapas del la época situaban el pecio. «Lo localizaron mientras realizaban la cimentación del muro, que se hizo con pilotes de madera. Se limitaron a dejar constancia en los planos de que allí había un barco porque no solo no lo retiraron sino que lo aprovecharon como cimentación del muro. Es decir, que los restos del navío forman parte de los cimientos de la estructura».
Los investigadores de Albaola llevaban tiempo detrás del pecio del XVIII. Alberdi, historiador que es también el director del Itsas Museoa de Donostia, cuenta que vio por primera vez el navío en uno de los mapas recopilados hace tres o cuatro décadas por el también historiador Javier Gómez Piñeiro. «Eran planos que se realizaron cuando se alzó el muro para proteger la muralla del mar y en ellos se situaba la ubicación exacta de la embarcación». No se sabe ni la época ni las características de la nave.
«Lo único que sabemos a ciencia cierta es que es anterior a fines del XVIII y que podría tener una eslora de unos cuatro metros, que es el dato que figura en las anotaciones de la época». El objetivo de la investigación es precisamente determinar de qué año es el navío. «Si es un barco del XVIII no es muy interesante desde el punto de vista de la investigación histórica porque se saben bastantes cosas de los barcos de esa época. Si es anterior, la cosa se pondría más interesante porque sabemos bastante menos sobre esas embarcaciones. Lo maravilloso sería que fuese una nave de la época medieval porque arrojaría luz sobre una etapa de la que hay muy pocos datos desde el punto de vista de la construcción naval».

Datar el pecio es el objetivo principal de la excavación. «Si conseguimos dar con ella extraeremos un fragmento para someterlo a la prueba del carbono 14. En función del resultado que obtengamos podríamos decidir avanzar en una prospección más rigurosa». La excavación se realiza aprovechando las mareas vivas de estos días. Son apenas cuatro horas de bajamar que esta mañana se han saldado sin resultado. «Por lo menos hemos retirados los escombros más sólidos para continuar mañana», comenta el responsable de arqueología de Albaola. La excavación se prolongará hasta este miércoles.

Restos de al menos diez barcos hundidos en la bahía
Las aguas de la bahía empezaron a ser surcadas por embarcaciones hace más de dos milenios, así que la lista de restos de barcos hundidos ha de ser necesariamente muy larga. El 'censo' realizado por los submarinistas del Insub, que han rastreado de forma sistemática los fondos de las aguas que bordean el litoral donostiarra, habla de unos diez pecios localizados hasta la fecha. De entre ellos destacan dos: el de los Relojes, llamado así porque está a unos diez metros de profundidad a la altura de los relojes de La Concha, y el de los Flejes, conocido con ese nombre porque se trataba de una nave que portaba un cargamento de barras de hierro. Ambos han sido analizados en diferentes campañas de investigación submarina, aunque ahora están ocultos bajo un manto de balasto para evitar posibles expolios. No obstante, la zona más rica en lo que se refiere a restos de embarcaciones naufragadas está fuera de la bahía. Se trata de Pikatxilla, a la altura de Ulía, un punto negro para la navegación que esconde en sus fondos un vapor alemán de la Segunda Guerra Mundial.
Fotos:






























Menuda payasada que parece éso!

Actualización a 27/03/2020: A ver qué puedo rascar de aquí:
https://www.donostia.eus/info/ayuntamiento/admin_archivo.nsf/vowebContenidosId/NT0000093E?OpenDocument&idioma=cas&id=C671670315425&cat=Consulta%20el%20cat%E1logo&doc=D 

Actualización a 26/04/2021: El sábado por la mañana este en la torre del parque de atracciones de Igueldo y tenían varias fotos:

https://www.kutxateka.eus/ 

Actualización a 08/03/2022: Más:

https://www.diariovasco.com/san-sebastian/anos-cerveceria-kutz-20220307072422-nt.html 

150 años de la cervecería Kutz en San Sebastián
-Los hermanos Kutz Scheidler, maestros cerveceros alemanes, desarrollaron en San Sebastián una de las primeras industrias de gran producción
J.J. FDEZ. BEOBIDE / LOLA HORCAJO
Martes, 8 marzo 2022, 10:53

En el siglo XIX, San Sebastián ya contaba con una reconocida tradición de fabricación de cerveza, pero sin duda fueron los hermanos Benito y Luis Kutz Scheidler, maestros cerveceros alemanes, quienes desarrollaron una de las primeras industrias de gran producción cervecera. Ahora se cumplen 150 años.

Camino de América
Los Kutz eran oriundos de Ulm, población a medio camino entre Estrasburgo y Múnich, y cuenta la familia que la intención de Benito era emigrar a Filadelfia (EEUU), donde ya debía haber otros familiares, pero que el amor se cruzó en su camino y se quedó en Donostia. Fuera por esa razón o por las expectativas que ofrecía la ciudad balnearia para su profesión de cerveceros, el caso es que Benito llegó hacia 1867 y tres años más tarde hizo lo propio su hermano Luis. Además, los vínculos con la ciudad se afianzaron al casarse Benito en 1870 con Juana Ibarzabal. Aunque pronto enviudó, se volvió a casar con Francisca, hermana de su primera esposa. A su vez, Luis se casaría en 1878 con Agustina, otra de las hermanas Ibarzabal.

El Caserío Chofre
El 15 de marzo de 1872, los hermanos Kutz inauguraron una cervecería alemana en el caserío Chofre mayor en Ategorrieta. Para ello, arrendaron esta antigua casería, con 13.000 metros cuadrados de terreno, a Carlos Eizaguirre, uno de los principales accionistas de la Compañía Trasatlántica, quien había construido en terrenos próximos su magnífica casa de campo Villa Vicenta. El caserío estaba al pie de la carretera que iba hacia Francia, junto a la fuente de afamadas aguas del Chofre, concretamente en el terreno donde está la exparroquia de San Pio X en la avenida de Ategorrieta.

Los datos
-1872 Benito y Luis Kutz abren la Cervecería Alemana en el caserío Chofre.
-1885 Benito Kutz construye la cervecería alemana El León, en Benta Berri
-1888-1940 Los Kutz gerentes de los principales cafés donostiarras.
-1982 La fábrica de cervezas del Antiguo se traslada a Arano, en Navarra
-1993 Cruzcampo compra la marca Keler.

La Cervecería Alemana
La Cervecería Alemana acogía, además de la planta de elaboración cervecera -con una caldera de 700 kilos-, una fábrica de hielo, imprescindible para obtener cervezas de calidad. Se completaba con un hermoso merendero con amplio jardín y mesas bajo un frondoso arbolado, que pronto se hizo muy popular entre los que frecuentaban el paseo de Puertas Coloradas. En 1878, los Kutz compraron la finca Chofre mayor por 65.000 pesetas.

Con la empresa ya consolidada, en 1881, los hermanos decidieron separarse. Luis compró la mitad correspondiente a su hermano y Benito se trasladó al Antiguo para construir una nueva cervecera.

La primitiva Cervecería Kutz de Ategorrieta, proveedora de la Real Casa, vivió sus años dorados cuando en 1887 se abrió el frontón Jai Alai, próximo a sus instalaciones. También se vio favorecida por la apertura, entre 1902 y 1904, del primer club de tenis donostiarra, pero sobre todo con la inauguración de la nueva Plaza de Toros del Chofre, en 1903.

Luis Kutz y su mujer Agustina Igarzabal fallecieron en 1895 y se quedaron al frente del negocio sus hijos bajo la razón social Ramón Kutz y Hnos. No obstante, al ser todavía demasiado jóvenes se hizo cargo de la cervecería otro familiar, Albín Kutz Graf.

A partir de 1915, en sus terrenos, que llegaban hasta la plaza de Vasconia, se empezó a edificar y en 1920 se vendieron las instalaciones de la cervecería y la finca Chofre a las religiosas del Instituto María Inmaculada para construir el convento e iglesia conocido como el Servicio Doméstico.

Cervezas El León
Por su parte, Benito compró en el Antiguo la casería Zubimusu. Allí construyó un merendero al que llamó Cervecería Strasburgo, una gran fábrica de producción, la Cervecería Alemana El León, y una fábrica de hielo. Este nombre, según comenta su familia, lo elegieron por analogía a la famosa cerveza de Múnich Löwenbräu, cervecería de los leones. Tras morir Benito en 1898, fueron sus hijos Juan y Teodoro Kutz los que prosiguieron y desarrollaron esta importante empresa.

Los cafés Kutz
Al final del siglo XIX, con el fin de comercializar su cerveza, los Kutz empezaron a regentar los principales cafés de la ciudad, como el Oteiza de la calle Miramar, el de La Marina del Boulevard, el Gran Café Kutz y el Viena Kutz en la Avenida, entre otros. El negocio principal radicaba en la venta de la cerveza que ellos mismos producían y la de la marca Spatenbräu, que traían en vagones frigoríficos desde Múnich.

La cerveza Keler
Aunque en los años sesenta la cerveza El León fue la más conocida y popular en San Sebastiá a finales de aquella década la nueva marca Keler, con una cerveza de calidad superior que tuvo gran aceptación en todo el país, la fue sustityendo.

En 1982, ante el impulso inmobiliario que supuso la construcción del nuevo barrio de Benta Berri, la empresa se trasladó a Arano, derribándose entonces las antiguas instalaciones. Luego Keler fue comprada por Cruzcampo, posteriormente recayó en Heineken y, finalmente, en Damm. Aunque hace ya 40 años que no se produce en Donostia, Keler sigue estando presente impulsando los eventos más importantes de nuestra ciudad.

Actualización a 18/04/2022: Más:

https://www.diariovasco.com/culturas/murallas-gipuzkoa-historia-20220407134416-nt.html 




Actualización a 27/03/2023: Otro:

https://www.diariovasco.com/san-sebastian/castillo-ciudadela-monte-urgull-20230327135054-nt.html 

El castillo y la ciudadela en el monte Urgull
-El proyecto inacabado de tres anillos concéntricos diseñado por el italiano Hércules Torelli bien pudo convertirse en un hito para la arquitectura militar europea
José Javier Pi Chevrot
Lunes, 27 de marzo 2023, 13:52

El monte Urgull es un elemento imprescindible para comprender la ciudad. Geográficamente es la pieza central del 'skyline' que hace que nuestra urbe sea tan reconocible e incomparable. Históricamente, el monte, como receptáculo del castillo y posteriormente del esbozo de una ciudadela, determinó el devenir urbano de San Sebastián hasta finales del siglo XIX, dentro de la dualidad plaza fuerte-ciudad marítima y comercial, tan bien reflejada en un sello de 1297, con un navío y un castillo a ambos lados.

Se sabe que fue el rey de Navarra Sancho el Fuerte quien mandó construir hacia 1194 el castillo en la cima del monte. El emperador Carlos V encargó una reforma total a su general en jefe de la artillería y de las fortificaciones, el italiano Gabriele Tadino de Martinengo, prior de Barleta, que vino a San Sebastián hacia 1528, y que fue responsable a su vez de la construcción de su nuevo frente de Tierra, con el cubo imperial, al sur. El que dirigió las obras fue Villaturiel, quien propuso cerrar el monte longitudinalmente desde el extremo occidental, donde había un torreón llamado de Santa Clara, hasta una plataforma en el extremo oriental, lugar de la futura batería del Mirador. También planteó prolongar el nuevo muro que cerraba la ciudad por el lado del puerto, hasta el castillo, pero dicha extensión nunca se llegó a terminar.

Todas estas obras se realizaron en la segunda mitad del siglo XVI, interviniendo en ellas los ingenieros Giacomo Paleari Fratino y Tiburzio Spannocchi, entre otros. A este último le debemos otro muro, paralelo al primer muelle del puerto que ha dado origen al llamado paseo de los Curas. En 1639 se incorporó otro ingeniero italiano, Marco Antonio Gandolfo, pero no hubo avances significativos hasta finales del siglo, quedando todo supeditado a la polémica sobre qué era más prioritario: ¿las murallas de la ciudad o una futura ciudadela? Y a la exigua capacidad de las arcas del reino.

En 1686, el ingeniero arquitecto de Pavía Hércules Torelli vino a San Sebastián para hacer una propuesta de ciudadela, pero sería el estallido del polvorín del castillo en 1688 y la necesidad de reparar los daños ocasionados lo que implicó su asentamiento definitivo en nuestra ciudad, aportándonos la Plaza Nueva. Entretanto, se dedicó a la reconstrucción del castillo y al desarrollo de la ciudadela. Para esta, Torelli presentó un proyecto ambicioso digno de las creaciones de Vauban, del cual fue colaborador en Toulon, que consistía en tres anillos concéntricos rematados en su centro por el propio castillo. El primer anillo disponía de un hornabeque al oeste formado por los bastiones de las Damas y de Santa Clara, al norte del bastión de Canzano, nombre del entonces gobernador, de origen italiano y amigo de Torelli, pero que hoy ha pasado a llamarse de Bardocas, y al este del bastión del Mirador. Las murallas intermedias no se construyeron, pero se incorporó al sur el muro de Spannocchi, y los bastiones citados han permanecido hasta hoy, siendo los del oeste como el del este unos verdaderos iconos del paisaje donostiarra. Del segundo anillo poca cosa se hizo, salvo algún bastión como el de Santiago al oeste y el de San José al sur. En cuanto al tercer anillo, que tenía previsto dos hornabeques a ambos lados del castillo, solo tenemos el cuerno sureste, la batería del gobernador y el revellín norte.

Asedios de 1719 y 1813
El papel estratégico que tuvieron estas piezas fortificadas fue muy importante durante los dos asedios que padeció la ciudad en 1719 y en 1813. Entre estas dos fechas apenas hubo novedades, salvo las restauraciones de rigor tras la batalla y alguna que otras propuestas puntuales, muchas de ellas no realizadas, de los ingenieros Prospero Verboom y Juan de Subreville, hacia 1730. Hubo modernizaciones en el siglo XIX, pero muchas de ellas desaparecieron al pasar la propiedad del monte al Ayuntamiento.

De la colocación durante el franquismo del Cristo del Sagrado Corazón, sobre el macho y en hormigón, eclipsando, junto al excesivo arbolado, el castillo, no nos extenderemos. Pero decir que el protagonista del artículo anterior de esta serie, el arquitecto Luis Peña Ganchegui, a la pregunta de qué monumento guipuzcoano le parecía el más importante, presentó un helicóptero de juguete llevándose la insigne escultura, imagen que trasladó a la exposición Atarian en el año 2000. La proporción tan desafortunada entre el cono, capilla base, de 16 metros de altura, y la figura, de 12,5 metros, hizo que el actor Willem Dafoe, cuando vino a presentar en el Zinemaldia de 1988 'La última tentación de Cristo', pensara que dicha figura formaba parte de la promoción de su película. Lo que no sabia es que el autor de la novela homónima en que se basaba el filme, Nikos Kazantzakis, está enterrado solemnemente en el bastión Martinengo, elemento destacado de las fortificaciones de Heraklión, Creta, levantadas en su tiempo por Gabriele Tadino, y donde el propio padre de Torelli murió defendiéndolas frente al asalto de los turcos. Nuestro castillo, nuestra inconclusa ciudadela, que quiso abarcar todo el monte Urgull, no son un simple decorado. Su presencia se inscribe, con sus principales autores, en la atormentada historia militar europea.

Los datos
-Autores: Gabriele Tadino de Martinengo, Villaturiel, Tiburzio Spannochi, Hércules Torelli y Prospero Verboom, entre otros.
-Fecha: desde 1194 hasta finales del siglo XIX.
-Ocupación: el conjunto del monte Urgull.
-Construcción: principalmente sillería de arenisca.

Actualización a 08/03/2024: Vauban:

https://viviendoapesardelacrisis.blogspot.com/2023/12/fortificaciones-de-sebastien-le-prestre.html 

Actualización a 01/04/2024: Hondarribia y Pasajes:

https://es.wikipedia.org/wiki/Fuenterrab%C3%ADa 


https://hondarribiaturismo.com/hondarribia/ 


Fotillos:












Fotillos en un bar de Pasajes:






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